No preguntes qué mundo dejaremos a nuestro hijos, la cuestión es qué hijos dejaremos a este mundo

Niños jugando en la playa (Playa Honda - Lanzarote)Hace unas semanas, tuve la oportunidad de escuchar a Leopoldo Abadía en una conferencia que ofreció en Las Palmas de Gran Canaria organizada por la Asociación de la Empresa Familiar de Canarias EFCA. Ante una sala completa y entre muchas reflexiones interesantes me llamó la atención la siguiente:

«No paramos de preguntarnos qué mundo dejaremos a nuestro hijos, cuando la cuestión es qué hijos dejamos a este mundo«.
No puedo estar más de acuerdo.

El mundo que vendrá, la sociedad futura, los harán los niños de ahora. Si educamos y formamos a nuestros hijos con valores y moral adecuada, tendremos mayores posibilidades de que creen y formen una sociedad mejor, que vivan en un mundo mejor.
Si por el contrario, abandonamos su educación persistiendo en el error de que quien debe educar es la escuela y nosotros nos dedicamos a dar cobijo, abrigo, alimento y algo de cariño, si nos da tiempo nuestra ajetreada vida, entonces preparémonos. Habrá otro mundo distinto al que soñamos para ellos cuando nacieron.

No preguntes qué mundo dejaremos a nuestro hijos,
la cuestión es qué hijos dejaremos a este mundo.

Me parece clave el aspecto de la responsabilidad máxima de los padres para educar a sus hijos. De ellos, nosotros, depende la solidez de los cimientos éticos, morales, culturales, de relación con sus congéneres, con la naturaleza, etc. Será la base sobre la que los niños irán construyendo su propia estructura mental, creando sus esquemas y formando su criterio. De ahí saldrán sus propias ideas y deseos, que pueden diferir de los de sus padres, quienes debemos guiarlos.

También es cierto, que colaboran en la educación otros como son el colegio, la familia y resto de la sociedad, ya sea directa o indirectamente. Y parece que no somos conscientes de ello en la mayoría de las ocasiones.
Con gestos tan simples y cotidianos como tirar un papel al suelo, cruzar a pie por zonas indebidas o con el semáforo en rojo, no respetar el paso de personas con dificultad de movimiento, no ser amables y educados con los demás, ser agresivos al volante… y un sinfín de situaciones que hacemos a los ojos de unos niños que están absorbiendo como esponjas todo lo que ven y oyen. Ese tipo de conductas se van grabando en su casi vacío disco duro y servirán como ejemplo de comportamiento futuro.

Depende de nosotros, de todos, que esos discos duros no se llenen de «malware«, es decir, que las guías de comportamiento, las estructuras morales, éticas, etc. sean las adecuadas. De esta forma, tendremos muchas posibilidades de que el mundo futuro, el mundo que vivirán nuestros hijos, será, al menos, un poquito mejor.

Saludos,
Sergio

4 Responses to No preguntes qué mundo dejaremos a nuestro hijos, la cuestión es qué hijos dejaremos a este mundo

  1. Antonio Ramos says:

    No puedo estar mas de acuerdo contigo y con el señor Abadía!!Lamento habérmelo perdido.La conferencia debió ser muy interesante…

  2. Paulao says:

    o preguntaos qué mundo (y qué hijos) os dejaron vuestros padres =D

    o qué nietos dejaron vuestros aguelos

  3. Manu says:

    En realidad Abadía hace mención a este extracto: «¿Qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos? en realidad, esta(mos) evitando plantear otra realmente inquietante: ¿A qué hijos vamos a dejar el mundo?…
    De «El abismo se repuebla» de Jaime Semprun

Comentarios

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.