Escuchamos hasta la saciedad a prácticamente todas las formaciones políticas proponer, como receta mágica para crear empleo, medidas para hacer que las personas en situación de desempleo se lancen a montar un negocio, ya sea como empresarios individuales (autónomos) o creando una empresa. Además, como las Pymes son las mayores generadoras de empleo, pues matamos dos pájaros de un tiro: reducimos desempleados (que ahora serán empresarios) y creamos nuevos empleos. Redondo.
En este sentido, se ofrece toda una batería de propuestas encaminadas a facilitar que la actualmente ardua tarea de crear una empresa en España sea más sencilla, eficiente y rápida. Sin entrar en debates políticos, muchas de estas ideas, bastantes al decir verdad, me parecen acertadas: reducción de la burocracia, exenciones fiscales a autónomos y empresas incipientes, facilitar el crédito a pymes y autónomos, no pagar IVA/IGIC por las facturas que aún no han sido cobradas, etc. Todo esto está muy bien.
Hay que apoyar a las nuevas iniciativas empresariales, hay que favorecer el emprendimiento. Sí, pero ni todos valen, ni todos pueden, ni todos quieren. Leer más de esta entrada
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