¿Y si fracaso, qué hago?
28/04/2015 3 comentarios
Quien esté planteándose iniciar un proyecto o ya lo haya hecho, seguro que se ha preguntado alguna vez, ¿y si fracaso, qué hago? Es un pregunta lógica y creo que muy pertinente. Más aún en estos tiempos «tan emprendedores» en los que, además, se fomenta el fracaso como peldaño imprescindible por el que debemos pasar en nuestro ascenso hacia el éxito, lo tenemos más presente aún.
¿Qué es fracasar?
El fracaso es un suceso, una situación temporal, no es una persona y no debe limitarnos. Si sabemos aprovecharlo, enriquece nuestro bagaje profesional y también el personal. Todos deberíamos estar estar preparados para fracasar, por si sucede. Pero más aún, deberíamos estar preparados para aprender de los fracasos, aprender de los errores.
En estos tiempos se fomenta el fracaso
como peldaño imprescindible en nuestro ascenso hacia el éxito
¿Fracasar es bueno?
La idea de que fracasar es muy positivo y hasta necesario, sigue pululando en ámbitos emprendedores. Hace años que se ha puesto de moda que fracasar es algo positivo, incluso que todo emprendedor que se precie debe fracasar primero. Se llega al límite de proponerse casi como un objetivo más en la agenda del emprendedor, el objetivo de fracasar para poder emprender con éxito. No estoy de acuerdo, se aprende de las experiencias, sean positivas o negativas.
Fracasar no es bueno,
aprender de los fracasos es bueno y obligatorio
Que no tengamos miedo al fracaso no significa que debamos fracasar. Significa que si sucede, y es muy probable que así sea, estaremos preparados para afrontarlo y aprovecharlo. Debemos estar preparados para recoger el máximo de información, empaparnos de la experiencia para, analizar las causas y extraer las conclusiones que permitan rediseñar nuestra estrategia. Porque volveremos a intentarlo, con la meta del éxito, no del fracaso.
Una cosa es aprender de los fracasos y otra muy distinta es querer fracasar para aprender de aquello que hemos forzado que suceda.
¿Quién o qué fracasa, tu proyecto, tu empresa, tú…?
No hace mucho me hablaban de un proyecto nuevo, surgido de un fracaso anterior, que empezaba a abrirse un hueco en el mercado nacional. Aún en fase de lanzamiento ya comenzaba a tener usuarios y algunos clientes. Todo perfecto, eso sí, fruto del esfuerzo de un equipo motivado y con experiencia y preparación. Sin embargo, su empresa, por motivos que no vienen al caso, tendrá que ser liquidada. La sociedad mediante la cual operaban para dar cobertura al proyecto iba a morir, debía desaparecer.
¿Fracaso? ¿Problema insalvable? ¿Ruina?… nada de eso.
Para empezar, quien morirá será la sociedad mercantil, no el proyecto. El equipo sigue intacto y el proyecto también. Sólo cambia un instrumento que servía al equipo para desarrollar parte del proyecto. ¿Qué harán? Seguir adelante, constituyendo una nueva sociedad. El equipo también está intacto, con una piedra en el camino, pero con la satisfacción de saltarla y seguir adelante.
Valga este caso, como ejemplo real que es, para demostrar que si hay ganas, equipo y proyecto, se encuentra la forma de continuar.
Cuando te sientas que has «fracasado», párate y pregúntate si esto es un fracaso o un simple traspiés. Si es lo segundo, seguramente lo mejor que puedas hacer es levantarte y continuar. Si es lo primero, también.
Y si decides no continuar, también me parece válido. Siempre he dicho y lo mantengo, que emprender no es obligatorio para todo el mundo. Hay ocasiones y situaciones en las que es preferible dejar un proyecto de lado, aparcarlo y continuar con otra cosa. Con el tiempo, quizás vuelvas a él o quizás estés mejor así. Espero que sea, en cualquier caso, tu decisión.
Saludos,
Sergio
Hola Sergio,
Antes que nada me gustaría expresar mi rechazo a esa palabrota que se ha convertido en una moda, fracasar.
Pienso al igual que muchos empresarios exitosos que la palabra adecuada sería fallar, ya que en la vida cometemos errores tanto en la vida personal como profesional, y no por eso somos una persona fracasada.
Es cierto que ahora parece ser necesario fracasar la primera vez en los negocios, para poder tener éxito con los futuros proyectos.
Desde mi experiencia personal como emprendedor, puedo decir que a pesar de haber fallado con mi negocio me ha servido para darme cuenta de muchas cosas que hice mal en su día.
Existen muchos motivos por los que un negocio termina cerrando, pero es necesario tener en cuenta que nunca hay que rendirse.
Muchas veces es mejor una retirada a tiempo para empezar con otro nuevo proyecto.
Un abrazo :)
Hola Carlos.
Me alegra que coincidamos. Precisamente de eso hablo en el post. El fracaso (error, fallo…) no es una persona, es una situación temporal. Y de esta situación debemos aprender. Solo así habrá algo positivo en el fracaso, error, fallo… o como lo queramos llamar.
Por lo que cuentas, el tuyo es un ejemplo de esas ocasiones en las que es preferible dejar un proyecto aparcado y continuar con otra cosa. Con el tiempo, quizás vuelvas a él o quizás estés mejor así, con otro proyecto que te llene más y en el que estés más a gusto.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo!
Gracias Sergio.
Siempre he sido de los que han pensado que de los fallos se aprende.
Veo que no estaba tan equivocado.
Un saludo
Carlos M Carrasco