Sembrar espíritu emprendedor
23/02/2012 3 comentarios
La coyuntura económica y social que estamos sufriendo está produciendo situaciones antes poco frecuentes. La sociedad está demandando soluciones a las Administraciones de forma cada vez más enérgica. La cantidad de personas que han perdido su empleo y la precariedad laboral de los que lo mantienen están alcanzando límites insospechados hace unos años.
En estas circunstancias son muchas (cada vez más) la miradas puestas en la creación de empresas como salida, casi única y desesperada, a un panorama desalentador.
Parece que en esto están todos (o casi) de acuerdo, y se están diseñando medidas para favorecer el emprendimiento. Y me parece muy bien pero, como publiqué en noviembre, la alternativa al desempleo NO es emprender, porque como decía en ese post, ni todos valen, ni todos pueden, ni todos quieren.
Pero, afortunadamente, sí hay muchas personas que valen, pueden y quieren. Ahí hay que centrar el esfuerzo. Considero erróneo o, cuando menos, discutible matar mosquitos a cañonazos. Creo más en las acciones específicas, centradas en aquellas semillas que tienen mayor probabilidad de germinar con éxito. Dedicar recursos económicos, humanos, normativos, etc. hacia los verdaderos emprendedores.
No pretendo diseñar un sistema de castas donde «tú vales, te lo doy todo» y «tú no vales, ahí te quedas». Tampoco defiendo en la separación en la etapa educativa de los niños por niveles, aumentando la discriminación y el sectarismo.
Mi planteamiento se basa en el fomento del espíritu emprendedor desde edades muy tempranas y a todos los niveles, educación, programación televisiva, en casa, etc. Asignaturas obligatorias, actividades extra escolares, juegos, etc. Ir sembrando la semilla en todos los niños desde pequeños. Evidentemente, en algunos seguirá creciendo y en otros se marchitará pronto.
En edades juveniles continuar con el fomento del espíritu emprendedor complementado con formación sobre emprendimiento. Intentando desarrollar capacidades propias de los emprendedores de éxito, como el compromiso, desarrollo profesional y personal, la búsqueda constante de soluciones alternativas, la responsabilidad y análisis de causas y consecuencias, el desarrollo de la iniciativa, la identificación y control de riesgos, la creación y administración de equipos de trabajo, el cómo influir en los demás, el liderazgo, la creación de redes,… y un largo etcétera.
Al llegar a esa edad, por la que todos los adultos hemos pasado, en la que los más afortunados pudimos escoger entre estudiar o trabajar incorporaremos una tercera opción: emprender. En ese momento hay que desplegar, aún más, toda la maquinaria de apoyo desde toda la sociedad.
Los apoyos deben ser de muchos tipos y no sólo económicos, que también. Hay que modificar normativa, flexibilizar la ingente burocracia, hay que proteger a los emprendedores de la propia Administración.
Es triste, pero hoy hay convocatorias de ayudas a emprendedores que ofrecen una cantidad económica mensual durante x meses para que desarrolles tu proyecto y crees una empresa, pero si tu nueva empresa comienza a obtener beneficios te la retiran!! ¿Qué estamos fomentando, que se creen empresas sin beneficios para seguir obteniendo apoyos? ¿Castigamos a los proyectos que tengan éxito pronto? Creo que hay mucho que replantearse y mucho que hacer.
Algún día, no muy lejano, se tratará el espíritu emprendedor como una necesidad más a incorporar en el bagaje cultural de la sociedad. Soy optimista, lo sé.
Espero, como siempre, tus valiosos comentarios.
Saludos,
Sergio
Creo que la importancia de tu comentario radica en el «cuando» y el «como» fomentar el espíritu empresarial. Nuestra educación se queda coja en muchas cosas pero en este tema en particular, es inexistente. Así es muy complicado que podamos socializar e integrar en nuestra cultura una actitud de emprendedores.Pero seguiran cambiando los planes de estudios y seguiremos en las mismas. Eso si a nuestros hijos no les quitan los pupitres en plena clase…
Hola, Antonio.
Es una tarea difícil, muy difícil, pero no imposible. La situación por la que estamos pasando puede servir de revulsivo para plantearnos nuevas formas de pensar y abrirnos a opciones antes impensables. Seamos optimistas, al menos un poco. ;-)
Gracias por tu comentario.
Saludos,
Sergio
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