Emprender no es soplar y hacer botellas
26/11/2013 7 comentarios
Una expresión que siempre me llamó la atención, desde que era un niño, es cuando alguien decía: “cree que esto es soplar y hacer botellas…”, para referirse a quien menospreciaba el esfuerzo y conocimientos necesarios para hacer algo. Quizás me sorprendía porque en tan tierna edad no entendía cómo iban a hacerse botellas con un simple soplido, aunque con el tiempo lo aprendí.
Anécdota infantil aparte, me viene a la cabeza esta frase cada vez que escucho o leo el mensaje institucional, convertido en un mantra ya, alentando, casi incitando, a todo el que lo escuche a lanzarse a la “aventura de emprender”.
Los beneficios son muy atractivos: ser tu propio jefe, tener libertad horaria, disfrutar de total autonomía, desarrollar tu propia idea,… y la más importante, tendrás un trabajo. ¿Muy seductor, verdad?
Tan seductor que parece un anuncio de aquellos que se emitían por todos lados en “La Isla”. Como en la película de Michael Bay, los “Ewan McGregor y Scarlett Johansson” de turno, viven ilusionados con un lugar mejor, donde disfrutarán de libertad, felicidad… sin saber que la realidad que les espera es muy diferente.
En esta era digital, dicen, con un ordenador (o casi cualquier dispositivo análogo) y una conexión a Internet no necesitas nada más para aventurarte a desarrollar tu idea, con una inversión muy baja y relativamente poco esfuerzo.
Es una visión simple, inexacta, cortoplacista, interesada. Pensar esto es tan de ilusos como creer que con un smartphone e Instagram te convertirás en un gran fotógrafo.
Pensar que con un ordenador e Internet no necesitas nada más para emprender es tan de ilusos como creer que con un smartphone e Instagram serás un gran fotógrafo
Siento decepcionar a quienes creían este discurso, pero no es así. Emprender es algo más, es mucho más.
Sé que pensar así es ir a contracorriente aunque, afortunadamente, somos muchos los que lo pensamos. Esta idea de “si no encuentras trabajo, créatelo tú mismo” puede ser válida, pero no en todos los casos. Inculcar en la sociedad el pensamiento de que emprender es tan sencillo que cualquiera puede hacerlo no creo que sea bueno, ni para los que lo creen ni para la propia sociedad. Me parece, además, un menosprecio gratuito a todos aquellos emprendedores que viven la experiencia y saben lo complicado que es.
No significa esto que no haya que desarrollar, impulsar el espíritu emprendedor en la sociedad. Claro que sí, y desde la niñez.
Necesitamos una actitud emprendedora en toda la sociedad, también en nuestros dirigentes
Es muy positivo desarrollar capacidades que servirán para preparar a emprendedores de éxito pero también para formarse como persona: el compromiso, el desarrollo profesional y personal, la búsqueda de soluciones alternativas a los problemas, la responsabilidad y análisis de causas y consecuencias, el desarrollo de la iniciativa, la identificación y control de riesgos, la creación y gestión de equipos, el liderazgo, la creación de redes, colaboración, la gestión del fracaso y del éxito,… entre otras muchas.
Necesitamos una actitud emprendedora en toda la sociedad, también en nuestros dirigentes. Cambiar la mentalidad del “pelotazo” y del dinero rápido y fácil por la del esfuerzo y la no aversión al riesgo. Una actitud que pasa por el necesario conocimiento de la realidad, no basada en ilusiones o espejismos más o menos interesadamente proyectados.
Animemos a emprender, pero con formación e información. Lánzate a la piscina, pero antes comprueba que hay agua. Porque emprender no es soplar y hacer botellas.
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Saludos,
Sergio
El discurso oficial de emprender es una salida hábil de los políticos para evitar críticas que le achaquen su incapacidad para crear empleo. Se explica así el hecho de que los procedimientos administrativos para emprender siguen prácticamente siendo los mismos…o sea, una tortura. Y precisamente ésa es la primera prueba de un emprendedor. Buen análisis, Sergio.
Así es, es una salida fácil aunque peligrosa. Una huida hacia adelante que puede acarrear problemas, que los políticos no sufren en sus carnes, claro.
Gracias por tu comentario.
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Muy buen artículo, muchas gracias
Gracias Joaquín!
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