James Dean y las Startup
18/10/2012 1 comentario
Buscando definiciones de startup, podemos quedarnos, como pasa a menudo, con la que ofrece Wikipedia como compendio de otras muchas: «Una startup o start-up es un negocio con una historia de funcionamiento limitada, que se distingue por su perfil de riesgo / recompensa y sus grandes posibilidades de crecimiento (escalabilidad)«.
Dando por buena esta definición, como concepto, las startups tienen fecha de caducidad.
Se espera y hasta se exige a toda startup un rápido crecimiento desde el primer momento. Hay que crecer y crecer y hay que hacerlo de forma acelerada. Por supuesto, se debe definir de forma clara el modelo de negocio. No solo debe mostrar, sino permitir demostrar, su capacidad de ofrecer la máxima rentabilidad desde, prácticamente, el minuto uno.
La joven startup, debe prepararse, y a conciencia, para enfrentarse ante los inversores, tan temidos como anhelados. Personajes protagonistas principales de esta historia, que pueden hacer que acabemos comiendo perdices o en la tripa del lobo. Hay que monetizar cuanto antes, principalmente para mejorar nuestra carta de presentación para aquellos que van a invertir su dinero en nuestro proyecto. La expresión «show me the money» es bastante habitual por estos lares.
Monetizar, ronda de inversores, escalabilidad, pivotar, modelo de negocio, son conceptos que se oyen a menudo en el mundo de las startup, aunque en significado son compartidos por todos los emprendimientos.
Se relaciona habitualmente a James Dean la ya mítica frase: «vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver«, aunque en realidad se oyera en boca de Humphrey Bogart interpretando a Andrew Morton en «Llamad a cualquier puerta» (1949).
Muchas veces las startup parecen correr en flamantes Porsche 550 Spyder para alcanzar la máxima velocidad en el menor tiempo posible.
Crece rápido, vende pronto y tendrás un bonito beneficio…
Se extiende la idea de que el mejor destino de una startup no es otro que ser comprada por un gran inversor o por una gran multinacional del sector.
Un buen destino, por qué no, aunque lejos del que normalmente se sueña, desea, proyecta antes incluso de crearla y para el que se trabaja sin descanso.
Cuando la creación de una startup persigue el fin último de ser comprada o absorbida por otras empresas mayores, esto último se convierte en su negocio. Su modelo de negocio superior es la venta de la startup que, a su vez, debe tener su propio modelo de negocio. Sin él, nada sería posible.
Llegados a este punto, ¿a qué modelo de negocio debemos prestar toda la atención? ¿Debemos dividir los esfuerzos entre ambos? ¿Cuál sería la verdadera propuesta de valor? ¿Qué solución estamos ofreciendo y para qué problema? Y algo que considero básico, de vital importancia, ¿para qué cliente?
Creo que cualquier opción puede ser válida, siempre y cuando se seleccione con previa reflexión y análisis. Se definan con la máxima precisión los conceptos y se planifiquen las acciones a poner en práctica. Y, lo más importante, se decidan y fijen las metas y objetivos que deseamos alcanzar, el camino que queremos recorrer y el destino hacia donde queremos avanzar.
«Una startup es una institución humana diseñada para crear un nuevo producto o servicio
bajo condiciones de incertidumbre extrema»
Eric Ries
Un entorno convulso y de gran incertidumbre acorta enormemente la fecha de caducidad de cualquier planificación. Cobra mayor importancia la necesidad de revisión constante de la planificación y pivotar cuando sea necesario. Y, en definitiva, gestionar la incertidumbre de la mejor forma posible.
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Saludos,
Sergio
Imagen: www.jamesdean.com
Gráfico: www.avc.com
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