De mayor quiero ser el jefe del mundo
12/12/2011 7 comentarios
– Hijo, ¿qué quieres ser de mayor? – Quiero ser peón de la construcción, como tú, Papá. – O_o
Típica conversación que, más tarde o más temprano, se solía reproducir en muchas familias. El papá, se llena de orgullo por unos segundos, hasta que recuerda lo duro de su profesión, y más ahora…
Los niños pasan por diferentes etapas en su crecimiento en las que van empapándose de todo lo que les rodea para tratar de imitarlo. Es como se aprende, observando y tratando de hacerlo por sí mismo.
En ese proceso de máxima observación deben fijar unos referentes, por los que guiarse, y a los que copiar. Y quiénes mejor que papá y mamá, al menos cuando son más pequeños. Ya vendrá el tío «guay», que es surfero, o la prima mayor que va en moto y todo… o el futbolista de éxito… o el actor/atriz/cantante de moda…
Pero esto está cambiando. Afortunadamente, los niños ya no quieren ser como sus padres. Y digo afortunadamente no porque haya alguna componente negativa en seguir los pasos de sus progenitores, sino por lo positivo de aspirar a algo más, algo propio, decidido por cada uno.
Los niños ya no quieren ser como sus padres
Según la VII Encuesta Adecco-Fundación Adecco ¿Qué quieres ser de mayor?, estudio elaborado por la Universidad Complutense de Madrid para Adecco y Fundación Adecco, entrevistando a 1.200 niños con edades comprendidas de los 4 a los 16 años: «Los niños españoles no desean seguir los pasos profesionales de sus progenitores, sólo un 4,3% así lo haría.»
Además, entre los varores, más del 21% quiere ser futbolista, el 8,2% policía, bombero o militar y casi el 8% profesor. Entre las niñas, el 22,3% quiere ser profesora, seguido de veterinaria (11,8%) y doctora (10,5%).
El hecho de que las profesiones con más éxito sean futbolista y profesora no es casual, según dicho estudio, ya que «el valor más relevante para los niños es el reconocimiento, mientras que en el caso de las niñas es la benevolencia y la ayuda a los demás.» De lo que se desprende cierta carga de educación tradicionalmente machista que aún persiste.
Veo preocupante del alto interés por ser futbolista, motivado seguro por la gran cobertura mediática dedicada a ese deporte. Tampoco ayuda la promoción del estatus de vida lujoso, divertido y despreocupado que se les atribuye, merecidamente en gran parte seguro, a estos deportistas de élite.
Desde el punto de vista emprendedor y del emprendimiento, existe un halo de esperanza al observar que «la mitad de los niños españoles quiere llegar a ser jefe cuando sea mayor» lo que implica mayor asunción de responsabilidades y gestión de equipos, frente a la «tranquilidad del soldado de a pie».
No es más que un estudio más, interesante sí, pero basado en una encuesta de la que, por cierto, se extraen opiniones como la de una niña madrileña de 4 años que sueña con ser un Pokemon o un niño catalán de 10 años que aspira a ser, nada más y nada menos, que el jefe del mundo. Habrá que seguirle la pista… ;-)
Mirando con perspectiva, me pregunto por qué se dan estas respuestas (las del principio, no las anecdóticas, claro). ¿A quién o a quienes siguen los niños y jóvenes? ¿Quiénes son sus referentes? ¿Nos preocupamos de orientar sobre ello a nuestros hijos?
Y no solo es importante en los niños, también en los adultos. ¿Escogemos bien a nuestros referentes? Parece algo trivial, pero no lo es.
Nadie es tan superior a los demás que no tenga a nadie de quien aprender
Hace algunas semanas, conversando con Alfonso Alcántara (@Yoriento) tras una de sus conferencias, me hablaba de la importancia de los modelos a seguir. En el ámbito de las redes sociales, en Twitter concretamente, él recomienda escoger a algún usuario interesante, y seguirlo como modelo. Analizar qué hace y cómo lo hace, para aprender. Y si en un momento dado ese modelo deja de sernos útil o se desvía de nuestra idea, no pasa nada por buscar otro (u otros) que cumpla(n) mejor su función.
No es malo tener referentes en quien fijarnos. Nadie es tan superior a los demás que no tenga a nadie de quien aprender. La clave está en escoger bien para no seguir conductas que se desvíen de nuestra forma de pensar y sentir.
Tus comentarios son unos de mis referentes. Gracias por ellos.
Saludos,
Sergio
Yo de mayor quiero ser como Sergio.
Hola Sergio,
Yo nunca quise dedicarme a lo mismo que mi padre, y creo que una de las causas es que mi padre nunca me estuvo diciendo que fuese como él. Admiro muchísimo a mi padre, y una de las cosas que más le agradezco es que siempre dejase en mi mano decidir por mi futuro. No sabes la cantidad de amigos que tengo, que de pequeño sus padres les decían: ¿de mayor quieres ser como papa?.
Un saludo
Ángel
Hola Ángel,
Estoy contigo en que es una suerte que los padres «permitan» a sus hijos decidir sobre su propio futuro. El «¿de mayor quieres ser como papá?» era muy típico. Como también lo era el caso contrario: «Tienes que ser algo mejor, y debes ser… esto!» En cualquiera de los casos, no hay mucha opción para decidir.
Los niños de ahora ya no quieren eso, y desean decidir su propio futuro. Y eso, creo, es muy positivo.
Gracias, por tu comentario.
Saludos,
Sergio
¿Que tal, Sergio?
Yo no recuerdo qué quería ser de niña, pero sí te puedo decir que a mis dos hijas, siempre les dije que NO fueran maestras, como yo, que buscaran lo que realmente querían y no imitaran sin más lo que veían en casa. No sé si está bien o mal, sencillamente hice lo que me hubiera gustado que me hicieran amí: darme toda la libertad del mundo para elegir.
Me ha encantado leerte. Un beso. Lola Suárez
Hola Lola,
Como sabes, hasta no hace mucho era muy habitual seguir la «saga familiar», sobre todo en profesiones como abogados, médicos, maestros, aunque también en otras.
Afortunadamente esto está cambiando y ya no sólo los padres no se lo piden (o exigen) a sus hijos, sino que los hijos no lo desean, tienen otros referentes. Creo que hay que dar libertad para decidir, pero eso sí, ofreciendo información y orientación. Una decisión sin información ni criterio no suele ser afortunada. Aunque yo no soy quien para decirlo, estoy convencido de que has hecho lo correcto.
Me alegro mucho de verte por aquí. Muchas gracias.
Un beso,
Sergio
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