¿Emprendes gratis?

¿Emprendes gratis? - mprende.es

Cuando nos planteamos emprender un negocio hacemos más o menos planes con mayor o menor detalle, con el objeto de intentar predecir hasta dónde llegaremos en los próximos años. O dicho de otra forma, cuánto tardaremos en pasar a positivos nuestros números.
A no ser que seamos unos kamikaze, que nos lancemos a la piscina sin hacer el más mínimo análisis, tanto interno como del entorno, algo habremos planificado. Y esto es lo deseable, con todos los matices sobre exceso de planificación, parálisis por análisis, etc.
Ahora bien, la clave de una buena planificación está en sus ingredientes principales, la información de partida y las variables a estudiar.
Estamos emprendiendo, la incertidumbre es nuestro pan de cada día, pero contamos con datos y experiencias que podemos aportar. El problema suele radicar en las variables que incorporamos al análisis. O, mejor dicho, en las variables que no incorporamos.

Sin sueldo de tu nueva empresa

En mi experiencia con emprendedores, he oído muchas veces: «¿ponerme sueldo, yo? ¡qué va!. Ya iré sacando lo que pueda y cuando tengamos beneficios ya miraré…»
Así es, hay emprendedores que se plantean vivir de otros ingresos (otros trabajos, el sueldo de la pareja, padres, etc.) o de sus ahorros durante el periodo en el que su incipiente empresa no genera lo suficiente como para «ponerse un sueldo». Mi pregunta/recomendación siempre es la misma: ¿y no has pensado en incorporar al estudio un sueldo para ti? De esta forma trabajarás con información más real. Ya que, a no ser que esos ingresos/ahorros sean suficientes y se prolonguen en el tiempo, tarde o temprano vivirás de tu empresa (normalmente, de eso se trata). No es necesario que sea un gran sueldo o una remuneración al nivel de «CEO» de multinacional. Pero sí una cantidad razonable, que cubra tus necesidades y asumible por la empresa.

Los pequeños agujeros acaban hundiendo el barco

No hace falta ser como muchos emprendedores alocados e inexpertos, que desde el primer momento solicitan la tarjeta de crédito de la empresa y cometen el error de pensar que sus fondos son poco más o menos que «ilimitados». Tarde o temprano comienzan a surgir las comidas de empresa de dudosa necesidad, los pagos personales a cargo de la empresa, porque «como no tengo sueldo, me lo voy cobrando de aquí»… En definitiva, pequeños (y no tan pequeños) agujeros por los que va saliendo dinero y que no habíamos previsto.
Emprender implica arriesgar, pero no tiene por qué suponer un salto al vacío. Y en la vertiente financiera, menos aún.

« No es lo mismo ser arriesgado que ser temerario »

Planifica considerando tus necesidades económicas personales

Como emprendedores deberíamos incorporar nuestras necesidades económicas personales en la planificación del negocio. Pensemos, a la hora de hacer números, que vamos a ser remunerados por la empresa, aunque tengamos un colchón financiero, ya sea en forma de ahorros propios o de sustento familiar.
Planteando este escenario y siempre contemplando las posibilidades menos propicias, tendremos un margen que, en muchos casos, determinará la supervivencia del negocio o, en el peor de los casos, permitirá minimizar la deuda con la que se quedan los socios al liquidar la empresa.

Saludos,
Sergio

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