10 acciones para cautivar a tus colaboradores

09/05/2013 por Sergio Suárez Rosa 7 comentarios

Ya hemos hablado aquí de la importancia del equipo en el momento de emprender y mucho más en el desarrollo de la empresa. Es vital que todas las personas que tengan algo que ver con el proyecto empresarial estén alineadas con la visión y misión del mismo. La clave está en cómo cautivar a las personas que trabajan contigo, contagiarles tu ilusión y que ellas, a su vez, contagien al resto del mundo.

Encontramos una ayuda muy interesante en «El Arte de Cautivar», de Guy Kawasaki. Veamos un resumen comentado de una parte de este magnífico libro.

1.- Motívalos

Pensar en el dinero como principal factor motivador es un error. Cada persona tiene diferentes palancas que activan nuestra motivación: cambiar de puesto, o asumir mayor responsabilidad, o sentirse valorado en la empresa, o quizás, simplemente necesita un reconocimiento sincero.

Dominio: Alcanzar el dominio de su trabajo, mejorar las capacidades y competencias, para hacer mejor lo que ya hace.
Autonomía: Ofrecer mayor responsabilidad y confianza en el colaborador, mediante una mayor autonomía. Es decir, dejar que trabaje sin estar constantemente dando instrucciones o controlando lo que hacen.
Misión: La misión es el significado que da la empresa a su actividad, qué hace para mejorar la sociedad. Se debe transmitir a todas las personas que integran la empresa la idea de que se está haciendo algo bueno, importante.

2.- Facilita que hagan lo correcto

A los buenos colaboradores les importan los clientes. Son la razón de ser de la empresa, sin clientes no hay empresa. Y todos quieren prestar el mejor servicio. Muchas veces en las organizaciones no se permite o no se dan facilidades para ello. Ofreciendo libertad y confianza a los colaboradores para que tomen decisiones responsables aumentará la satisfacción del cliente y también la del colaborador. Dice Kawasaki:

«Deja que tus empleados hagan lo correcto y los cautivarás.
Y ellos, a su vez, cautivarán a tus clientes«

3- Juzga tus resultados y las intenciones de los demás

La actitud en la forma de exigir resultados es muy importante. Es habitual ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Para cautivar a tus colaboradores has de ser más duro contigo mismo que con los demás. Sé autocrítico, júzgate a ti mismo por tus resultados y a los demás por sus intenciones.

4.- Enfréntate primero a tus propias deficiencias

Investiga, pregunta, cuáles son tus deficiencias según los demás y analiza cómo pueden haber afectado estas deficiencias al rendimiento de los que trabajan contigo.
Este ejercicio de autocrítica asumido como estrategia hacen mejorar a los que dirigen personas. Asumen los errores como propios e inspiran a sus colaboradores, no intimidan. Puedes ver algo relacionado en este post.

Los que mejor dirigen personas asumen los errores como propios
e inspiran a sus colaboradores, no intimidan

5.- Resiliencia (aguantar)

Es duro, pero a veces (muchas) hay que soportar estoicamente periodos de sobre esfuerzo físico, anímico, mental. Se verá recompensado.

6.- No pidas a los demás lo que tú no harías

Por una cuestión de credibilidad, de coherencia y fidelidad con las personas con las que trabajas, no puedes pedir a los demás que hagan aquello que tú mismo no harías. Desarrollando empatía, trabajando codo con codo entre todos acabarás cautivándolos.

7.- Celebra los éxitos

No todo es sacrificio y esfuerzo. Cuando llega la ocasión, cuando logramos un éxito, hay que celebrarlo. Pero no de cualquier manera, debe hacerse con la participación de todas las personas implicadas, como triunfo de equipo y con especial significación de las personas más implicadas en el logro.
Cuando hablamos de celebrar no significa derrochar en fiesta, comidas por todo lo alto, viajes de incentivos, etc. Se puede festejar de forma humilde, tranquila y con honestidad y compañerismo.

8.- Pon un abogado del diablo en la empresa

Es bueno tener a alguien que asuma el papel de crítico con las decisiones adoptadas en la empresa. No se trata de promover «moscas cojoneras» sino de alguien que ofrezca una visión contraria, siempre con espíritu constructivo. La presencia de este «Pepito Grillo» demostrará el carácter abierto y participativo de la dirección. Aceptando voces contrarias se fomentará el pensamiento crítico en los colaboradores y la comunicación interna entre todos.

9.- Manifiesto del «buen jefe»

El autor de “Buen jefe, mal jefe» y profesor de la Universidad de Stanford, Robert I. Sutton, recopiló lo que se puede considerar el manifiesto del buen jefe:

Tengo una comprensión errónea e incompleta de lo que se siente al trabajar para mí.
Mi éxito, y el de mis colaboradores, depende en gran medida de lo obvio y lo mundano, no de ideas o métodos oscuros, mágicos o rompedores.
Tener metas ambiciosas y bien definidas es importante, pero es inútil pensar mucho en ellas. Mi trabajo consiste en centrarme en las pequeñas victorias que permiten a mi equipo progresar un poco cada día.
Una de las partes más importantes y difíciles de mi trabajo es alcanzar el delicado equilibrio entre ser demasiado firme y no serlo lo suficiente.
Mi trabajo es servir como escudo humano para proteger a mi equipo de intrusiones, distracciones y la idiotez de cualquier tipo y también para evitar imponerles mi propia idiotez.
Me esfuerzo por tener la suficiente seguridad como para convencer a la gente que está a mi cargo, pero ser lo suficientemente humilde como para darme cuenta de que a menudo voy a estar equivocado.
Mi objetivo es luchar como si tuviera razón y escuchar como si estuviera equivocado y enseñar a mi equipo a hacer lo mismo.
Una de las mejores pruebas de mi liderazgo, y de mi organización, es ver «lo que sucede cuando la gente comete un error».
La innovación es crucial para cualquier equipo y organización. Así que mi trabajo es animar a mi equipo para generar y probar todo tipo de nuevas ideas. Pero también ayudar a eliminar todas las malas ideas que generamos y la mayoría de las buenas también.
Lo malo es más fuerte que lo bueno. Es más importante eliminar lo negativo que acentuar lo positivo.
El cómo lo hago es tan importante como el qué hago.
Por el hecho de ejercer el poder sobre los demás, estoy en un gran riesgo de actuar como un idiota insensible y no darme cuenta de ello.

Del mismo modo que no hay empresa sin clientes,
difícilmente habría empresa sin personas

10.- Valora y diles que les quieres

Líneas arriba, decíamos que no se concibe una empresa sin clientes. Del mismo modo, difícilmente habría empresa sin personas. Las empresas son personas. Manifiesta a tus colaboradores tu agradecimiento y tu reconocimiento sobre lo importantes que son.

Con estas acciones podremos influenciar, enganchar y enamorar a todas las personas con las que trabajamos por el objetivo común de desarrollar con éxito nuestro proyecto.

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Saludos,
Sergio

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